Hace unos años publicamos unas de las entradas del blog que más lecturas ha tenido: Emprender en pareja.
Ha llovido desde entonces y hoy os contamos cómo ha evolucionado todo, además de la clave para conseguir ir hacia delante.
Familia, hijos, casa, compra, cocina, trabajos fuera de casa y además todo lo que conlleva mantener un negocio familiar, ¿es posible?
Sí, con una clave fundamental que debe impregnar absolutamente cualquier acción para poder comprender, aceptar y ser capaces de llevar a cabo la lista infinita de tareas y responsabilidades que siempre tenemos pendientes.
La clave es el amor.
No hay muchos más trucos en este recorrido empresarial en el que todo se ha ido haciendo cada vez más complejo en cuanto a logística y más serio en cuanto a temas financieros y de atención al cliente, pues poco a poco hemos dejado de ser proyecto a ser una micropyme en toda regla con lo que conlleva en cuanto a tareas y responsabilidades.
Celebrar cada día el orgullo, la felicidad de crecer, construir y crear dLana con todo el cariño para llevar a tus agujas la mejor materia prima de trazabilidad completa en la península, para tejer tus proyectos con denominación de origen.
Hace seis años de forma oficial, y ya ocho en total que Esther y Javi, como habitualmente nos presentamos, comenzamos a crear dLana.
Al principio estudiando mucho e incluso haciendo pruebas de producto de artesanía, incluso investigando en otras posibilidades de negocio, algunas ahora cuando de vez en cuando revisamos los miles de cuadernos de trabajo, ideas, reuniones, prototipos que tenemos, nos echamos a reír porque algunas ideas son auténticas locuras que quién sabe si algún día verán la luz.
Siempre hemos vivido este crecimiento personal y empresarial como una oportunidad muy grande, como un regalo en el que podemos elegir de forma conjunta cómo construir una pequeña parte del mundo que nos rodea y es una gran satisfacción además hacerlo creando una comunidad de tejedoras, diseñadoras, tintoreras que nos acompañáis en este proceso.
Evidentemente como en cualquier emprendimiento hay momentos muy duros, decisisiones muy importantes que tomar, semanas y días en los que la logística no funciona adecuadamente o se acumulan las horas de trabajo junto a otras tareas que atender de forma urgente.
También a veces nos enfadamos por mil motivos, nos sentimos desanimadas y en muchas ocasiones cansadas de no poder parar un instante o simplemente de no poder tomar un respiro, hacer las cosas más despacio o poder atender a allegados, colaboradoras y clientas de la forma que realmente merecéis.
Y ahí es donde sinceramente sabemos que entra en juego el amor, la asertividad y la escucha activa para poder hacer todo lo mejor posible, acompañarnos mutuamente y sostener todas las situaciones de forma cercana, sencilla y verdadera.
Poner delante prioridades como nuestra salud mental y física, encontrando un hueco para compartir, charlar y cuidarnos sin importar que a veces al levantarnos alguna pelusa nos desea “¡Buenos días!” o la montaña de ropa para planchar y guardar es un poco más grande.
No es fácil, pero si triunfa el amor, todo es posible siempre.