Como ya os anunciamos en el anterior artículo, dLana* nos fuimos a Oncala invitados a realizar la trashumancia, convirtiéndonos en pastores. Y además, tuvimos la oportunidad de montar un mercadillo o “showroom” lanar con varias marcas que trabajan esta materia prima y dar nuestra visión sobre la moda sostenible y las oportunidades que la lana ofrece dentro de este mundo, a través de una conferencia.
Allí hemos podido conocer a magníficas personas implicadas en el desarrollo del pueblo de Oncala y el mantenimiento de las tradiciones que han apostado por darle un aire renovado sin perder la esencia del pasado y ha sido un regalo poder vivirlo en primera persona.
Nuestro periplo como pastores comenzó el jueves pasado en Soria capital donde nos recibieron con un almuerzo bien surtido y el equipamiento para los dos días de travesía.
Allí conocimos al resto de gente con la que luego pudimos compartir un sin fin de grandes momentos, muchas risas y conocimientos varios.
La Cañada Real Soriana atraviesa el centro de la ciudad de Soria y atrajo al paso del rebaño de casi 1.200 ovejas, a un gran número de personas curiosas, levantando mucha expectación entre los más pequeños que desde sus colegios aplaudían y vitoreaban a pastores y ovejas. Daba gusto ver sus sonrisas y escuchar sus gritos de alegría. Cada día distanciamos más a nuestros pequeños de los animales y la naturaleza, cuando su futuro va a depender mucho del vínculo y el cariño que aprendan sobre ella.
Tras pasar el mal trago, pues hay que reconocer que nuestras amigas las ovejas se ponen nerviosas entre la gente y el asfalto, volvieron a su medio natural al entrar en la Cañada. Por nuestra parte, empezamos a asimilar y a darnos cuenta de cómo iba a ser el camino.
Tras varias horas caminando y aclimatándonos al ritmo que marcaban nuestras compañeras ovinas, de lidiar con el sol y empezar a conocernos entre zagales, pastores y acompañantes llegamos a nuestra primera parada, Garray, donde aprovechamos la fresca ribera bajo el puente que alberga el encuentro entre el río Tera y el Duero para comer.
En ese bonito entorno, tuvimos la suerte de ser entrevistados por RTVE para su programa Agrosfera, pues estaban cubriendo el evento.
Reanudamos la marcha bajo un sol que empezaba a hacer mella en las fuerzas de humanos y animales y que nos acompañaría en el largo recorrido que nos quedaba hasta llegar a nuestro campo base donde cenaríamos y dormiríamos.
Ya nos íbamos soltando y comenzábamos a entender alguna de las artes del manejo del rebaño, incluso alguno ya se animaban a lanzar los primeros gritos y algún que otro silbido para azuzar al ganado.
Nuestro paso por un encinar nos acercaba a nuestro destino, no sin antes dar de beber a nuestras compañeras en un arroyo cercano justo antes de cruzar la carretera donde nos esperaba una buena planicie, junto a campos de cultivo, para pasar la noche, tras sentarnos a cenar, charlar y disfrutar de la compañía.
Tras dormir unas pocas horas en la tienda de campaña y algunas valientes al raso, nos levantamos con el sonido de los cencerros pasando por delante de nuestra tienda. Las seis y poco de la mañana, un café rápido y a emprender de nuevo el camino del que nos habían avisado, era el día más duro pues tocaba subir el puerto de Oncala, aunque se compensaría con las preciosas vistas.
Después de un largo camino entre cultivos de cereales nos acercamos al único pueblo que íbamos a atravesar esa jornada, Gallinero. Allí, en un abrevadero paramos a que el rebaño se refrescara y nosotros a almorzar (sería otro de los festivales gastronómicos de este viaje, en el que los torreznos, entre otras viandas, dulces locales y buen vino no han faltado) para coger fuerzas, pues comenzaba parte del ascenso.
El ascenso se hacía duro para el rebaño a medida que la altura aumentaba y la pendiente se endurecía. Eran momentos en los que el grupo de zagales se tenía que emplear a fondo para ayudar a los pastores para que las ovejas más rezagadas no perdieran el contacto con las más avanzadas. Mención aparte merece la pequeña carea, de nombre “Pochola” que incansable hacía su trabajo cuando Ricardo, su amo y pastor, se lo ordenaba.
Maravillosas vistas nos acompañaban desde las alturas, cerca de los 1.700 metros, cuando empezó el pequeño descenso al campo base donde recuperaríamos de nuevo fuerzas antes de afrontar la última etapa del día.
Algunas voces durante la comida vaticinaban e incluso alentaban a las nubes a dejar caer algo de lluvia para refrescar el ambiente y que nuestra particular cabaña ovina se refrescara y ascendiera el último tramo duro de manera liviana. Pero lo que no nos podíamos imaginar es que tales ruegos se convertirían en tormenta de verano con algún que otro granizo, lo cual hizo que antes de llegar al final del ascenso calara hasta los huesos a varios de los participantes, entre ellos a nosotras. El chubasquero, como es de suponer, se había quedado en la ciudad…
Lo más duro había pasado. El cansancio hacía mella y se veía en las caras de los compañeros, pero el ganado iba a buen ritmo. Y aunque la lluvia aparecía de vez en cuando, las charlas en pequeños corrillos amenizaban el final del camino que nos llevaría a nuestro destino, Oncala, donde disfrutamos de una apetecible cena y descansamos para al día siguiente dar la bienvenida al pueblo a los pastores y celebrar la fiesta de la trashumancia.
Al día siguiente dLana*, desde nuestra privilegiada situación en la primera planta del Ayuntamiento, pudimos ver la entrada del rebaño y de nuestros compañeros. Desde allí atendíamos el mercadillo lanar que tuvo gran acogida sobre todo por la tarde.
Durante la mañana se sucedían diferentes actividades relacionadas con el mundo de la transformación de la lana, donde nuestro amigos de Mundo Lanar fueron los encargados de realizar varios de los procesos.
Llegó el momento de nuestra charla donde dimos pinceladas sobre sostenibilidad, afecciones al medio ambiente y por supuesto, ofrecimos alternativas reales para el cambio hacia un consumo de textiles y moda más consciente y ético; además de hablar de la lana como materia sostenible y sus posibilidades de emprendimiento dentro de diferentes sectores. Terminamos con una ronda de preguntas que tornó en un interesante, aunque breve, debate en torno a los usos y abusos del sector textil y nosotros como consumidores.
La jornada de fiesta se alargó hasta cerca de las nueve de la noche con la entrega de los diplomas a los pastores, homenajes y rifas varias.
Como no queremos alargar más este artículo vamos a ir acabando no sin antes dar las gracias por su acogida, a Martín, el joven y alegre alcalde de Oncala; Fidel, trabajador incansable y amante lugareño de su pueblo, Raquel, agente de desarrollo local de la Mancomunidad de las Tierras Altas de Soria por su apuesta por nuestra empresa, Ana de Soria Vacaciones por llevar a cabo el paquete turístico “Somos Trashumantes”. Quique, Santiago Bayón y Javier de Turinea, por esas largas, entretenidas y agradables conversaciones sobre lana, trashumancia, paños y tradiciones.Y como no a todos y cada uno de los pastores y zagales con los que allí coincidimos y pasamos esta inolvidable experiencia que nos ha acercado otro poco más al mundo trashumante y de los pastores.
Todos ellos nos animan a seguir esta senda de la lana, con futuro, con ilusión y deseando que nos lleve muy pronto de nuevo a bellas cañadas, bellas gentes y bellos paisajes de nuestra querida península.
ACTUALIZADO (22-07-2014)
Actualizamos esta entrada con el reportaje que el programa Agrosfera de RTVE realizó de la trashumancia y en el que aparecemos ya que nos entrevistaron.
Accede al vídeo pinchando: AQUí
Fabulosa experiencia! Gracias por compartirla a través de esta crónica de relatos tan visual. Me anima a involucrarme con lo que entiendo es uno de vuestros principales objetivos: apoyar, rescatar y valorar este tipo de tradiciones. Muy interesante!
Muchísimas gracias Andrea por tu comentario y hacerte eco de esta tradición y nuestro relato en tu blog Hacia Otro Consumo.
Sabes que es un placer compartir con el mundo nuestras vivencias y hacerlas, de alguna manera, cercanas.
Como bien dices ese es uno de nuestros objetivos y trataremos de ponerlo en alza a través de otra gran olvidada, la lana.
Un fuerte abrazo y estamos en contacto.
Hola, no se si alguien vera este blog en estos años…pero queria contarles que hace poco comence a conocer la historia de mi abuelo paterno, nacido en Huerteles, de familia de pastores trashumantes… estoy muy emocionado con todo lo que descubro…si alguien lee esto hoy… le mando un saludo desde Argentina.
Hola Pablo, muchas gracias por su comentario desde Argentina.
Nos alegra saber que nos lee desde allí y que tiene un gran lazo con España y la vida trashumante a través de su abuelo.
Tierras Altas de Soria tienen un gran legado trashumante, historia de nuestro país y también parte de la suya.
Le mandamos un saludos lanero desde España