Cada día se estrenan más y más tipos de hilo para tejer, con lanas de yak o mezclas un tanto exóticas de lana, con fibras celulósicas derivadas de plantas como el eucalipto o la ortiga.
También estamos cada día más habituadas a vestir con fibras sintéticas de nueva generación como el pet reciclado o el dralón, que son fibras sintéticas con características de suavidad y presencia mejoradas con respecto a sus predecesoras, o que al menos como el caso del pet reciclado, intentan hacer un guiño sostenible a este mundo cada vez más loco.
Pero antes de comenzar a producir un hilo, ¿qué sucede?
Os hemos contado en un multitud de ocasiones cómo se desarrolla el proceso de transformación de lana hasta llegar al hilo, pero no hemos profundizado en el proceso de creación que sucede en dLana cuando tenemos una idea entre agujas.
Todo comienza cuando una nueva ganadería se acerca a nosotras, o cuando visitamos una fábrica en la que aprendemos un proceso nuevo o que nos brinda nuevas posibilidades de transformación y aprovechamiento.
En ese momento la cabeza comienza a dar vueltas, no, es broma, en realidad hacemos un análisis exhaustivo de las posibilidades que esa fibra o proceso posee para sacar el máximo provecho, a sabiendas que en dLana sobre trabajamos fibras naturales puras y locales.
Estudiamos la lana porque es vital conocer su diámetro, longitud de fibra, si el color base si es más o menos blanco, coeficiente de recuperación y un montón de conceptos, detalles y peculiaridades a tener en cuenta más que van a determinar, por ejemplo: el grosor del hilo, los procesos intermedios, el número de cabos o cómo vamos crear colores con ellas.
También estudiamos otros hilos que nos gustan o que están en el mercado y nos valemos de herramientas que nos permiten hacer sencillas comparativas; en este sentido una curiosidad que aprendimos, y que nos resulta fundamental en los procesos de creación de hilo, es una técnica manual en la que estirando entre los dedos dos tipos diferentes de hilo, puedes comprobar y admirar muchas características desde el grosor, el número de cabos, la presencia de pelo muerto, si resulta suave al tacto…un gesto sencillo que nos da mucha información útil en una primera impresión.
Entonces llega el momento de tomar decisiones: dónde y cómo lavar, qué familia artesana es la más adecuada para este trabajo de producción de hilo, si queremos incluir algún acabado, color de tinte industrial o a mano, formato en que te será entregado,… Después de todo esto es cuando te presentamos nuestras canillas rústicas que hasta hace pocos meses solo existían en tonos naturales, o nuestra lana 100% autóctona que siendo un hilo de carda a un cabo, causa sensación por su suavidad y prestaciones, o como no, Sorrosal, nuestro hilo de mayor calidad por excelencia por la finura de su fibra y por lo que significa para nosotros de forma general el trabajo que hemos sido capaces de emprender junto a esta lana tan especial.
La entrada de hoy es un poco más larga de lo normal, pero no queremos despedirnos sin decirte que nos hace felices poder ofrecerte lo mejor de nosotras mismas y que si quieres ser la primera en enterarte de todo y en beneficiarte de descuentos, preventas y sorpresas exclusivas no dudes en correr a suscribirte a nuestra Newsletter ya mismo, se avecina algo muy muy suave y novedoso para tus agujas.
