Todo es posible cuando crees en ello.
Esta frase debería formar parte de la portada de cualquier cuaderno del emprendedor, y en nuestro caso es un hecho probado.
La hilatura Sorrosal resulta de la conjunción de todas nuestras investigaciones y trabajos técnicos, para poder ofrecer esa suavidad extrema al tacto que nos demandáis cada día para vuestras prendas de bebé o directamente en contacto con la piel.
Un salto al país vecino, Francia, en concreto a Niaux, un pueblecito del Pirineo francés maravillosamente rodeado de montañas y bellos paisajes, en busca de una hilatura donde poder procesar esta pequeña y exclusiva cantidad de lana, y no diluir su potencial e historia junto a otras lanas para alcanzar los mínimos que hoy aún nos exige la industria lanera en la península.
La fábrica Filature de Niaux, cuya filosofía de proyecto nos conmovió hasta el punto de decidir a primera vista realizar la transformación de esta nueva lana de su mano y apoyar con ello su trabajo.
Sentimos una hermandad muy grande cuando conocimos de primera mano que esta hilatura antigua, hoy es regentada por un equipo de apenas tres jóvenes con ilusión, acompañados por el artesano y propietario de las instalaciones, hoy ya jubilado, para el mantenimiento de la actividad de la fábrica y la conservación del saber hacer tradicional, que podemos considerar patrimonio intangible de gran valor.
Un camino truncado por un desgraciado accidente laboral a uno de los compañeros de Niaux, que les obligó a parar en seco su actividad y bajo la decisión de continuar el trabajo con ellos, dejamos en sus manos que nuestra lana viajara donde creyeran oportuno para finalizar los procesos que quedaban pendientes hasta llegar al hilo.
En estos días, no solo podemos disfrutar de este suave hilo y de las magníficas cualidades de esta lana, sino que además nos alegra anunciar que la Filature de Niaux ha vuelto a abrir sus puertas a visitas y hace un par de meses ha podido retomar su actividad de lavado de lana.
Nadie dijo que fuera fácil, y hoy la recompensa puedes tejerla tu misma, disfrutando cada punto, cada instante.